RESUMEN EJECUTIVO

           Se ha estudiado el valle de Ojos Negros, en Baja California, desde una perspectiva interdisciplinaria, con el enfoque principal en la relación entre la agricultura irrigada y el uso del agua subterránea, incluyendo sus impactos ambientales y sociales.

           En los últimos 130 años de historia escrita, el valle ha sufrido una transformación social y económica de consideración, de tal manera que ahora representa una zona importante entre las regiones agrícolas del estado. Este cambio ha sido positivo desde un punto de vista económico y social; sin embargo, los impactos ecológicos y ambientales han sido mayormente negativos.

           La agricultura de riego ha producido un aumento de evapotranspiración real; gran cantidad de agua subsuperficial se volvió parte del sistema de agua superficial. Aparentemente, esto ha llevado a la humidificación del clima local, evaluado por una marcada disminución (9oC) en el rango de temperaturas durante el período en estudio. El efecto es antropogénico; por consiguiente, se espera que continúe en cuanto que la irrigación continúe.

           En los últimos 30 años, el bombeo de agua subterránea ha producido un abatimiento del nivel freático, que ahora está a más de 30 m de profundidad en algunos lugares. El abatimiento del nivel freático ha afectado negativamente los ecosistemas riparios y humedales, los cuales antes del advenimiento del bombeo fueron bastante extensos, y ahora se ha reducido a una fracción de su tamaño anterior. En particular, la desecación de los pantanos de Ojos Negros, los cuales dieron origen al nombre del valle, es atribuido al abatimiento del agua subterránea.

           El promedio de abatimiento ha sido pronosticado de 0.4 m por año, para un horizonte de planificación a 50 años, asumiendo las presentes tasas de bombeo (año 2000). Esta tasa de abatimiento tiene un efecto en las ganancias de las operaciones agrícolas, pero el efecto no es muy marcado, si no para los propietarios del ejido, ciertamente para las compañías agroindustriales que operan en el valle. La aparente falta de sensibilidad al problema se atribuye al bajo costo de la energía, pues las tarifas eléctricas para bombear el agua subterránea son relativamente bajas. En ausencia de regulación apropiada, es probable que la mayoría de los actores, incluyendo los ejidatarios y las compañías agroindustriales, continuarán operando sus empresas en el futuro.

           El abatimiento del agua subterránea en el valle de Ojos Negros se relaciona con la clásica "Tragedia de los Comunes." Según este principio, los recursos comunes tenderán a ser sobreexplotados por individuos que buscan su propia ganancia. Visto desde esta perspectiva, la regulación del acuífero parece ser la única solución. La regulación debe hacerse junto con el monitoreo, pues una política confiable debe estar basada en datos legítimos. Con la regulación, hay una mayor probabilidad de que el recurso se conserve para beneficio de futuras generaciones.