LA CURVA DE GASTO DE SEDIMENTOS ES REALMENTE CURVA?
Víctor M. Ponce
Universidad Estatal de San Diego,
California, EE.UU.
vponce@sdsu.edu, poncevm@gmail.com
RESUMEN
Se ha revisado, explicado y aclarado la naturaleza de
la curva de gasto de sedimentos.
La última concentración de sedimentos
es la concentración máxima que se puede alcanzar
en ausencia de la fricción de fondo. Su valor
se puede calcular directamente en función de las
propiedades del flujo y del sedimento.
La forma de la curva de gasto de sedimentos constituye efectivamente
una curva
en la cual la pendiente es alta para los
caudales inferiores, alrededor de 7, y disminuyendo
asintóticamente para los caudales superiores
hasta el valor característicamente bajo de 3.
Este comportamiento es una consecuencia directa
del aumento de la fricción de fondo, el cual es
atribuible a las formas de rugosidad del lecho
en el régimen inferior, es decir, dunas y ondulaciones superpuestas.
Estas últimas interfieren con el potencial del
flujo para transportar la última concentración
de sedimentos, reduciendo así la descarga de sedimentos.
1. Introducción
La curva de gasto de sedimentos es la relación
entre la descarga líquida Q en las abscisas y
la descarga sólida Qs en las ordenadas.
Esta curva es utilizada en la hidráulica fluvial
y en la ingeniería de sedimentos para convertir
directamente de una descarga a otra, normalmente
de Q a Qs (ASCE, 1975; 2007). En la práctica, la curva se entiende fácilmente
por lo que logra; sin embargo, la comprensión
de su verdadera naturaleza a menudo pasa desapercibida.
En este trabajo detallamos las complejidades
de la curva de gasto de sedimentos. Explicamos cómo
la Naturaleza ha condicionado los ríos y arroyos
aluviales para crear un entorno donde los peces y otras
especies continuarían prosperando a pesar
de que el clima local no parece cooperar. En este proceso,
se unen los campos de climatología,
geología, geomorfología, hidrología y ecología en un
tejido sin costura, en el cual el principal propósito
es la preservación de la biota
(Kennedy, 1983). Para
preparar el escenario adecuado para explicar los
conceptos que seguirán en las siguientes secciones,
comenzamos por presentar tres verdades fundamentales de la hidraulica fluvial.
2. Tres verdades fundamentales
Verdad No. 1.
La relación entre la descarga de sedimentos Qs
y la descarga de agua Q se conoce como concentración de sedimentos
Cs (Ec. 1). En condiciones de equilibrio,
bajo flujo permanente en
una corriente aluvial, la concentración de sedimentos es
la carga de sedimentos más alta que la corriente es capaz
de transportar bajo el flujo predominante. Esto se debe a
que un valor más bajo de Cs conduciría a la degradación del
lecho; por el contrario, un valor más alto conduciría a
la agradación; y ambas situaciones desafiarían
el equilibrio. En la ingeniería de sedimentos, la
concentración de sedimento en equilibrio se conoce
como "capacidad de transporte de sedimentoss", expresada
en unidades F/T, es decir, kilogramos por segundo o
toneladas por día. En una corriente aluvial, el flujo permanente
siempre transporta
la carga máxima de sedimentos que le es posible transportar.
Verdad No. 2. Una corriente aluvial transporta sedimentos que se originan
en el lecho, es decir, la carga de material del lecho, de dos maneras
distintas: (1) rodando y deslizándose a lo largo del lecho,
es decir, la carga del lecho, y (2 ) en suspensión a lo
largo de la profundidad, por acción de la turbulencia del
flujo sobre las partículas de sedimento que son arrastradas, es decir,
la carga de material del lecho en suspensión. Además, una corriente
aluvial transporta un tercer tipo de carga, la carga de
lavado, consistente en sedimentos de menor tamaño, los cuales
no se han originado en el lecho de la corriente,
sino en las tierras altas de la cuenca (ASCE, 1975; Ponce, 2014a).
La colección de estos tres tipos de carga
constituye la carga total de sedimentos (Fig. 1).
Fig. 1 Tipos de carga de
sedimento en una corriente aluvial.
|
Verdad No. 3.
El flujo en un canal aluvial puede está
en cualquier uno de dos regímenes:
(1) régimen inferior, y (2) régimen superior. Bajo el régimen inferior,
el cual tiene lugar para números de Froude bajos, F < 0,5,
la carga del lecho genera formas de rugosidad del lecho,
específicamente dunas y
ondulaciones superpuestas [Fig. 2(a)]. Estas formas actúan para aumentar
la fricción total, que ahora consiste en fricción de grano y fricción de
forma (Einstein, 1950). Por el contrario, bajo el régimen superior,
que tiene lugar para números de Froude más altos, F > 0,5,
la rapidez del flujo actúa para borrar las ondulaciones y las dunas,
disminuyendo la fricción total a sólo la fricción de grano, lo que
lleva a una configuración de lecho plano [Fig. 2 (b)]
(Simons y Richardson, 1966).
El cambio de alta fricción para flujos bajos a baja fricción para flujos altos
tiene el efecto neto de reducir la fluctuación
de la superficie del agua para un cambio
correspondiente en el caudal. Por lo tanto, el nivel es más alto de lo normal
para flujos bajos y más bajo para flujos altos.
Esto redunda en una clara ventaja para la supervivencia de la biota
(Kennedy, 1983).
Cabe señalar que en el río Alto Paraguay,
en Mato Grosso do Sul, Brasil, este inusual fenómeno
es conocido como autodragado
(Ponce, 1995).
En resumen, las tres verdades fundamentales
de la hidráulica fluvial son:
El
transporte de sedimentos en flujo
de equilibrio occurre a su máxima capacidad.
Bajo esta condición,
una corriente siempre transportará la máxima cantidad de sedimentos
que le sea posible transportar.
La corriente transporta tres tipos de sedimentos:
(1) carga de lecho, (2) carga suspendida de material de lecho, y (3) carga de lavado.
La fricción de fondo varía con el regimen de flujo. En flujos bajos,
el mismo flujo crea formas de rugosidad del lecho, es decir,
dunas y ondulaciones superpuestas. Estas últimas
son obliteradas en flujos altos, llevando a superficies planas y otras
configuraciones menos rugosas del lecho.
Simons y Richardson (1966) |
Fig. 2 (a) Formas de rugosidad del lecho: Régimen bajo. |
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Simons y Richardson (1966) |
Fig. 2 (b) Formas de rugosidad del lecho: Régimen alto.
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3. Última concentración de sedimentos
En la ingeniería práctica se utiliza la siguiente
función exponencial para proporcionar un ajuste
entre datos medidos de descarga de agua y sedimentos:
en la cual
c y m son coeficiente y exponente
de la curva de gasto de sedimentos, respectivamente.
En la Ecuación 2, para el caso especial de
m = 1, la concentración de sedimentos (Ec. 1)
es independente de Q e igual a c.
Esta concentración de sedimentos se denomina
la última
concentración
de sedimentos (Ponce, 1988).
El valor m = 1 es el mínimo
el cual logran alcanzar corrientes típicas bajo
flujos suficientemente altos
(ASCE, 1975: p. 476).
Una reconocida formula de transporte de sedimentos
es la siguiente (Colby, 1964):
en la cual qs = descarga de sedimentos por unidad
de ancho de la corriente; k = parámetro de transporte de material de lecho,
el cual es función de las propiedades del sedimento,
incluyendo tamaño del sedimento
y gravedad específica; ρ = densidad del agua;
v = velocidad media;
y n = exponente (Ponce, 2014a).
Colby (1964) ha mostrado que
n ≅ 7 es típico de flujos bajos,
mientras que n ≅ 3 es típico de flujos altos.
De hecho, n = 3 es un valor asimptótico característico
el cual convierte en adimensional el parametro k en la Ec. 4:
Debido a que n = 3 está
típicamente asociado con descargas altas,
la Ec. 4 puede ser usada para calcular la última concentración de sedimentos.
La descarga líquida, por unidad de ancho, es:
en la cual d = profundidad de flujo.
La Ecuación 1 se expresa en términos de variables de ancho unitario
como sigue:
La sustitución de las Ecs. 4 y 5 en la Ec. 6
lleva a la ecuación que expresa la
última concentración de sedimentos Cs' :
en la cual F = número de Froude, definido
como F = v /(gd )1/2;
g = aceleración gravitacional; y
γ es el peso específico del agua (γ = ρ/g).
Por ejemplo, con k = 0.1, F = 0.4, y γ = 1,000 mg/L,
la Ec. 7 lleva a lo siguiente:
Cs' =
0.1 × 0.16 x 1,000 g/L = 16 g/L = 16,000 ppm.
La Figura 3 muestra una curva de gasto de sedimentos
para la Cuenca 34, con un área igual a 87 millas
cuadradas, en Pigeon Roost Creek, cerca de Holly Springs,
Mississippi, medida durante la tormenta del 18 de
febrero de 1961. [Esta figura ha sido extraída de la p. 476,
Capítulo IV-C del Manual de Ingeniería de Sedimentos
de la ASCE No. 75]. Las isolíneas de concentración de
sedimentos se muestran como referencia. El gráfico
muestra la aproximación asintótica de la curva de
gasto de sedimentos a una línea de igual concentración
(orientación de 45°). En este ejemplo, el valor de la última
concentración de sedimento supera el valor de 12.500 ppm.
El gráfico muestra que existe un límite para la
concentración de sedimentos en suspensión
para descargas suficientemente altas, lo cual
es probable que ocurra durante una inundación poco frecuente.
Redibujado del Manual ASCE No. 75, p. 476 (1975) |
Fig. 3 Curva de gasto de sedimentos medida. |
4. Curva de gasto de sedimentos
Hemos establecido que una curva de gasto de sedimentos
tiene característicamente una forma curva, en la cual para valores bajos
de Q
la pendiente (Qs /Q) es bastante alta, típicamente
alrededor de 7, y que tiene la tendencia a disminuir
progresivamente con un aumento en Q, alcanzando
eventualmente un límite inferior de 3 para una descarga
Q suficientemente alta (Fig. 3). Hay una razón
para este comportamiento típico de una curva de gasto
de sedimentos. Lo explicamos
afirmando los siguientes hechos,
los cuales han sido confirmados por amplia teoría y experiencia.
Hecho No. 1. Con flujos lo suficientemente bajos,
las corrientes aluviales transportan el material del
lecho en una concentración que crece constantemente
al aumentar Q. En los flujos bajos, tanto
la fricción de grano como la de forma están
presentes, ya que las bajas velocidades del
flujo son propicias para el desarrollo de
la fricción de forma, manifestada como dunas y ondas superpuestas.
En efecto, la configuración del lecho resulta
ser ondulaciones sobrepuestas sobre dunas [Fig. 2 (a):
A, B y C].
Hecho No. 2.
Bajo flujos suficientemente altos,
las corrientes aluviales transportan su carga de material
de lecho a una concentración máxima constante,
denominada última concentración de sedimentos. (Ec. 7).
Esta concentración es función de las propiedades del
flujo (número de Froude F y peso específico γ) y
de las propiedades del sedimento (el parámetro adimensional k).
En estos flujos altos, la fricción de grano es el
único tipo de fricción presente, ya que la
velocidad de la corriente ya ha actuado para eliminar
la fricción de forma. La configuración
de lecho resultante es un lecho plano [Fig. 2 (b): E].
Hay una razón para este interesante y seguramente fascinante
comportamiento físico de la curva de gasto de sedimentos.
La concentración local de sedimentos de material del
lecho debe reflejar la capacidad de transporte local
de la corriente. Si el fondo del canal fuese rígido,
la concentración de sedimentos debería ser única o casi única,
es decir, no variar apreciablemente
con el flujo. Sin embargo, en un canal aluvial los hechos
demuestran lo contrario: Con caudales bajos,
la concentración de sedimentos tiende a
aumentar con el caudal. Esto se debe a
que el flujo está ocupado lidiando con la fricción
adicional creada por las formas de lecho de régimen
inferior, es decir, la fricción de forma que
se origina en las dunas y ondulaciones superpuestas [Fig. 4(a)].
En flujos bajos (régimen inferior), la presencia de formas de
lecho no permite que el flujo
transporte su carga máxima de sedimentos, reduciéndolo
de hecho a una fracción de su valor.
Por el contrario, en flujos altos, la rapidez
de la corriente actúa para obliterar las formas del
lecho, reduciendo la fricción
de fondo a únicamente la fricción de grano [Fig. 4 (b)].
Esto permite que el flujo alto eventualmente
alcance a transportar la máxima
carga de sedimentos posible.
Un espléndido corolario del presente análisis
puede expresarse de la siguiente manera:
Si no fuera por las formas de lecho del régimen inferior,
todo el problema del transporte de sedimentos
podría resumirse en la Ec. 7, es decir,
el cálculo del transporte de sedimentos recurriendo
simplemente a un único valor de concentración de
sedimentos: La última concentración de sedimentos.
Extraido de Simons y Richardson (1966) |
Fig. 4 (a) Configuración de dunas y ondulaciones superpuestas. |
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Extraido de Simons y Richardson (1966) |
Fig. 4 (b) Configuración de lecho plano.
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Cerramos esta sección con una
apropiada cita del Prof. Hans A. Einstein (1950), p. 9:
"La parte de la energía que corresponde a la resistencia
de forma se transforma en turbulencia en el vórtice,
a una distancia
considerable del lecho. Por lo tanto, esta energía
no contribuye al movimiento de la carga de fondo de las
partículas y puede ignorarse en gran medida en
el cálculo
del transporte de sedimentos." (Las cursivas son del autor).
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Está claro que Einstein consideró adecuado no incluir
la energía gastada en superar las formas de fondo
del régimen inferior en su reconocida fórmula de carga
de sedimentos de fondo. Este hecho subraya el concepto de que la
última concentración constituye
un límite superior para la concentración de sedimentos,
lo cual confirma la verdadera naturaleza de la curva de gasto de sedimentos.
5. Verificación con datos de campo
Ponce y otros (2012)
han utilizado un conjunto bastante elaborado
de datos compilados originalmente por Williams (1995)
para comparar seis (6) curvas de gasto de
sedimentos medidas con los correspondientes valores
de fricción de Manning medidos. El objetivo
fue el determinar la relación inversa entre la cantidad de transporte
de sedimentos y la fricción de fondo: Cuanto mayor
es esta última, menor es la correspondiente descarga
sólida, y viceversa.
El siguiente conjunto de datos
(Brownlie 1981a, 1981b) fueron utilizados por Ponce y otros (2012):
63 datos del Río Atchafalaya.
40 datos del Río Niobrara.
38 datos del Río Middle Loop.
51 datos del Río Grande.
156 datos del Río Mississippi.
29 datos del Río Red.
La Figura 5, (a) - (f), muestra las curvas de gasto de sedimentos medidas, incluidos
gráficos de mejor ajuste.
Además, para cada conjunto de datos, se utilizaron la
descarga de agua, el ancho del canal, la profundidad
hidráulica y la pendiente del fondo para calcular los valores de n
de Manning (Ponce, 2014b).
Estos valores del
n de Manning se trazaron en un eje aritmético secundario,
de manera que las tendencias en la curva de gasto de
sedimentos y la fricción de fondo pudieran
ser comparadas. En todos los casos, se ve
claramente que el valor de n de Manning disminuye a medida
que aumenta la descarga de sedimentos, lo que confirma
el hecho de que una mayor fricción de fondo
conduce a una menor descarga de sedimentos, y viceversa.
(a) Río Atchafalaya.
(b) Río Niobrara..
(c) Río Middle Loup.
(d) Río Grande.
(e) Río Mississippi.
(f) Río Red.
Fig. 5 Curvas de gasto
de sedimentos y los valores correspondientes de n de Manning
(los datos de fricción se muestran en color magenta)
(Ponce y otros, 2012).
5. Conclusiones
Se ha revisado, explicado y aclarado la naturaleza de
la curva de gasto de sedimentos.
La última concentración de sedimentos
es la concentración máxima que se puede alcanzar
en ausencia de la fricción de fondo. Su valor
se puede calcular directamente en función de las
propiedades del flujo y del sedimento utilizando la Ecuación 7.
La forma de la curva de gasto de sedimentos constituye efectivamente
una curva
en la cual la pendiente es alta para los
caudales inferiores, alrededor de 7, y disminuyendo
asintóticamente para los caudales superiores
hasta el valor característicamente bajo de 3.
Este comportamiento es una consecuencia directa
del aumento de la fricción de fondo, el cual es
atribuible a las formas de rugosidad del lecho
en el régimen inferior, es decir, dunas y ondulaciones superpuestas.
Estas últimas interfieren con el potencial del
flujo para transportar la última concentración
de sedimentos, reduciendo así la descarga de sedimentos.
El análisis anterior aclara el motivo de la caída
en el transporte de sedimentos para flujos
bajos y, por lo tanto, explica la forma de una curva
típica de gasto de sedimentos. Una
verificación con datos de campo confirma los
hallazgos de este estudio: Cuanto mayor es la
fricción total del lecho (fricción de fondo), menor es la cantidad de sedimentos transportados,
y viceversa.
Referencias
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